La óptica Eternity, que actualmente cuenta con 11 puntos de venta, impulsa un plan de expansión para ciudades de Uruguay y países de la región junto con la consultora SVET
Lo que se inició como un pequeño emprendimiento, en una casa, impulsado por un joven al que le gustaban los lentes de sol, se transformó en un negocio que hoy tiene una facturación anual de US$ 4 millones y un plan de expansión que permitiría duplicar esa cifra. Eternity Óptica nació luego de que Federico Lacuesta, su director, comenzara a comprar lentes en el exterior. Al principio, los adquiría para uso personal, pero traía un par extra para vender a través de Facebook.
Trabajó por varios años para la cadena de zapaterías Macri, donde se acercó al negocio de la moda y se «graduó del mundo comercial», según contó a El Empresario. Luego decidió emprender vendiendo lentes de sol desde su casa, con un pequeño pick up en Pocitos. Cuando llegó la pandemia, las ventas aumentaron y logró reunir el capital necesario para «poner una óptica con todas las letras». Así, en 2022 abrió el primer local de Eternity.
La tienda funcionó tan bien que a los tres meses inauguró su segunda sucursal, y poco tiempo después continuó con nuevas aperturas. «Decíamos: ‘Si llegamos a tal meta, abrimos otro local’. Y lo conseguíamos. Así entramos en un frenesí de trabajo que nos llevó a abrir 14 sucursales en dos años. Fue muy intenso, pero estamos muy agradecidos», recordó Lacuesta.
Actualmente, la marca cuenta con 11 tiendas, luego de que vendió algunos locales y cerrar otros al encontrar mejores ubicaciones que absorbieron su operación.
La óptica vende unos 50.000 pares de lentes de sol por año entre todas sus tiendas, destacó Lacuesta.

Duplicar facturación
En el camino, varios interesados se acercaron con la intención de adquirir locales y la representación de la marca. Ahora, acompañada por la consultora SVET, Eternity desarrolló un plan de franquicias, con el objetivo de expandir su presencia en el país —principalmente en el interior— y también en la región.
«Hoy estamos más consolidados y podemos cubrir el negocio con la eficiencia que nos gusta. SVET nos ayudó a protocolizar procesos. Nos apoyamos mutuamente y creemos que estamos listos para brindar, a quienes realmente desean trabajar, una oportunidad de negocio rentable para ambas partes», afirmó Lacuesta.
La inversión mínima para adquirir una franquicia de Eternity es de US$ 50.000, y el requisito principal para el comprador es, según su director, «tener ganas de trabajar y crecer con el negocio y pasión por lo que hace».
El monto inicial incluye un fee de entrada de US$ 10.000 y una inversión cercana a los US$ 15.000 para el inventario. Además, se debe adquirir el mobiliario y equipos necesarios. La venta de la franquicia incluye la capacitación y acceso al software conque la óptica realiza su operativa. La logística está centralizada totalmente en Montevideo.
Si bien existen diferentes tamaños de locales de Eternity, el formato ideal es de entre 50 y 60 metros cuadrados (m2).
Lacuesta detalló que, a medida que crezca en el país, el negocio es escalable hasta una facturación anual de US$ 8 millones.
Plan latinoamericano
Aunque el plan de franquicias recién comenzó y aún no se han cerrado acuerdos, Lacuesta informó que ya tienen interesados en México, Argentina y en ciudades del interior de Uruguay. En el país, algunos puntos que consideran interesantes para instalar nuevas sucursales son localidades como Paysandú, Durazno o Salto.
«Es hora de abrir el campo para todas aquellas personas que nos habían pedido entrar al negocio. Desde su nacimiento, Eternity se ha propuesto ser una empresa internacional y tener muchas tiendas en Latinoamérica», señaló. Crecer en la región, agregó, tiene que ver con la cercanía y el entendimiento del idioma y de la idiosincracia de esos países.
Hoy en día, Eternity invierte US$ 40.000 al mes en publicidad en Meta para comunicarse con sus clientes y potenciales compradores.
«Podemos ser fuertes con la gente que conocemos y entendemos. Eternity se caracteriza por ser muy cercana, por eso la llamamos ‘la óptica de la gente’. Nos basamos en ofrecer el mejor precio del mercado mediante una estrategia centrada en el volumen, porque entendemos que la salud visual es un derecho. Esa es nuestra filosofía: un precio justo, un servicio impecable y cercano. Al salir, quiero saber cómo te quedaron tus lentes, si te sirvieron y gustaron. Esos detalles hacen que el servicio parezca como si te hubiera vendido un amigo que se preocupa por ti», remarcó Lacuesta.

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