En momentos de crisis y de aumento del desempleo, la generación del autoempleo a través del emprendedurismo es una de las formas habituales en las que las personas buscan generar ingresos. 

Para que ese emprendimiento resulte exitoso y se mantenga en el tiempo, es necesario no sólo elaborar “el mejor producto” (si hablamos de gastronomía o indumentaria, por ejemplo), sino además, contar con conocimientos de administración, de marketing y ventas, del mercado y negocios, y más. Sin contar además, con las características que identifican a los emprendedores exitosos: persistencia, tolerancia a la presión y a las frustraciones, disposición a asumir riesgos…

¿Cuánto tiempo puede ser la vida útil de ese emprendimiento, si quien lo lleva adelante no cuenta con los conocimientos necesarios, o no se caracteriza por sus competencias emprendedoras?

Las Pymes por sí solas tienden a tener un ciclo de vida muy corto. Según datos relevados por SVET, en Uruguay un negocio independiente tiene una extinción del 83.8% durante los primeros 3 años; sin embargo en una franquicia, la extinción es sólo de un 9% en un plazo de 5 años. 

Las causas de que las Pymes se extingan, pueden ser muy diversas: escasez de clientes, ubicación geográfica no estratégica, bajo posicionamiento de marca, escasez de innovación, inadecuada comunicación, promoción o publicidad; la focalización en productos de alta calidad a precios extremadamente bajos,  lo que genera baja rentabilidad. 

Por otra parte, los mercados viven vicisitudes propias del crecimiento y la desaceleración. Fundamentalmente en los momentos de desaceleración, tiende a haber una polarización hacia pocas y grandes empresas, que terminan abarcando casi todo el mercado. En ese contexto, las franquicias cuentan con un alto índice de permanencia, con lo cual,  adquirir una franquicia de las marcas que absorben la mayor parte del mercado, permite al franquiciado ser parte de esa estructura.

Adquirir una franquicia, implica emprender bajo un formato que le permite: minimizar riesgos, aumentar las probabilidades de éxito, optimizar los recursos, generar una inversión de mayor seguridad que incluye el crecimiento económico, laboral y familiar.