Si le preguntamos a las personas quién inventó el automóvil, quizás nadie sabría que el 29 de enero de 1886, el ingeniero alemán Carl Benz patentó su triciclo motorizado. Lejos de parecer los vehículos actuales es considerado el primer automóvil por ser el primer vehículo en funcionar sobre la base de combustión interna.

Pero aquello que los alemanes ya lo estaban produciendo para las clases altas, un hombre con cierta tendencia hacia la ingeniería quería llevarlo a todas las personas, idealizando una nueva forma de concebir el mundo y el tipo de vida de las personas.

«Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, habrían dicho caballos más rápidos»

El hombre fracasó y se levantó incontable veces y en varias oportunidades bregó por realizar su sueño realidad. El mayor desafío fue compartir su visión con las personas cercanas, expandir su enfoque y ver las cosas de otra manera. Sobre una visión diferente del fracaso «una oportunidad para comenzar de nuevo… con más inteligencia» se dio cuenta de que las opiniones de las personas como por ejemplo «yo no me metería» «yo creo que no lo haría» eran afirmaciones y limitaciones de otras personas, en vez de las propias.

En muchísimas ocasiones esas afirmaciones lo hizo desviarse de su propósito, así que en su afán de estudiar relojería, se hizo maestro y así atrajo a estudiantes proactivos y entusiasmados que aprovecharon la oportunidad y él se rodeaba cada vez más con gente que entendía de asuntos con los que no estaba familiarizado.

Si contamos fracasos, durante mucho tiempo conseguía dinero para sus proyectos pero todos eran sobre la base de garantías y capacidad de pago y ninguno era porque creyera de su producto; además fue despedido de su propia compañía, se mudó varias veces a casas más humildes por problemas de dinero hasta que un día un amigo dio un puñetazo en la mesa y le dijo: «Joven amigo: No se dé por vencido».

Aquel golpe en la mesa lo sacudió a Henry Ford, que demostró que un empresario no tiene que inventar algo nuevo, sino que su éxito fue resultado de algo más valioso: una marca. Ideó la posibilidad de dejar de hacer automóviles a medida (como se acostumbraba) para pasar a ensamblar en una fábrica en la que todos los automóviles fueran iguales. 

El 23 de julio de 1903 el dentista Ernst Pfenning, compró el primer modelo A de la Ford Motor Company. Henry Ford lo había logrado.